El selenio es un oligoelemento esencial presente en pequeñas cantidades en nuestro cuerpo, pero que desempeña una función crítica en muchos procesos biológicos. Una de las principales funciones del selenio es actuar como un antioxidante, protegiendo las células del daño causado por los radicales libres y disminuyendo el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer, la enfermedad cardiovascular y la diabetes. También es importante para el sistema inmunológico, ya que ayuda a producir proteínas que combaten las infecciones y enfermedades.
Además, el selenio juega un papel importante en la función tiroidea y en la producción de hormonas tiroideas. También es necesario para el crecimiento y desarrollo adecuados del cerebro y el sistema nervioso, y puede tener efectos beneficiosos sobre la salud mental, incluyendo la prevención de la depresión y la mejora del estado de ánimo.
El selenio también se ha relacionado con la prevención del cáncer de próstata y otros tipos de cáncer, aunque los estudios aún no son concluyentes. Sin embargo, se sabe que una deficiencia de selenio puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, enfermedades de la tiroides y otras enfermedades crónicas.
Es importante obtener suficiente selenio a través de la dieta, ya que el cuerpo no puede producirlo por sí solo. Las fuentes ricas en selenio incluyen los mariscos, el pollo, la carne de res, los huevos, los frijoles, las nueces y los cereales integrales. Sin embargo, es importante no excederse en el consumo de selenio, ya que niveles excesivos pueden ser tóxicos para el cuerpo.
Luis Báez
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